El Intelogo de Vhren: Mas alla del Amanecer

Iniciado por Avahor, Noviembre 09, 2006, 03:52:58 PM

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Avahor

primeramente quiero saludar a todos los que conocieron la historia de Amanecer.. aquella de la viega escuela de Magewar..
desde esos años hasta mantenia un proyecto de dar continuidad a esa historia..
sin embargo, supe que despues vinieron otras versiones y otros literarios, nunca supe hasta que extremo llego..
pero. hoy despues de varios años de pensar, y en vista del poco tiempo que destino a esto, y que seguramente me tomara mucho tiempo mas llegar al cabo de esta idea, quiero presentarles una version inedita, personal mia, de un post amanecer,  en realidad tan solo es un primer capitulo, que llevo escribiendo a lo largo de un año y algunos meses.., Amanecer se centro en el ambiente de terra, esta parte se centra mas bien en la mitica ciudad de ekrom, los mapas que habeis visto por ahi, estan basados en parte en esta historia... ovbiamente me di creditos en ella, como no lo hice cuando participaba en amanecer, y pues he querido darle otro rumbo...
  sin  mas que decir, espero a quienes gusten de leer este tipo de relato, esta sea una experiencia agradable, si sois expertos y sabeis criticar, valorare grandemente las palabras que tengais, si conoceis amanecer, no espereis mas de lo mismo, esto es algo que sucede, una vez que terra olvido esa historia... si escribisteis conmigo, sera un placer escucharos...
bien, este es un mensaje a modo de prologo, o lo que sea, no soy entendido en las reglas de literatura, je,je,je..  pero ya en el siguiente mensaje comenzara todo nuevamente.. disponeos a leer con un aire de remembranza, como si supierais lo que ocurrió alla en esos viejos años pasados..


Dedicado a Kripper, a tio Paco, a cuamarth, a zeridian y Shayu de Ekrom (mi mas reciente inspiracion) 

Saludos.
Avahor de Ekrom.
EL problema de la gente con mente cerrada es que no cierran la boca también.

Avahor

EL INTELOGO DE VHREN


Capitulo I: Cartas de Boras

-   A quien busque los vestigios de Ekrom, a quien encuentre este sendero, le insto a que se lance a caminar por esta senda, y que conozca una historia olvidada, perdida en las memorias antiguas, no será fácil encontrar sus partes, no fue fácil enlazarlas, no será fácil seguir una vez que se descubran sus tristes secretos, no será fácil encontrar el final, porque el final huye de quien lo busca, pero al final del camino, encontrara que parte de su vida ha cambiado, quizás descubra que también es un ciudadano de esa ciudad. –


 
Boras Dien Telsilli


Carta al Maestro del Concejo de Enthashara. Mencionando como comenzó todo.

   Mi nombre es Boras Dien Telsilli, me conocen por ser capaz de construir mundos y tierras mediante una pluma y un poco de húmeda y negra tinta sobre los pergaminos que los mercaderes traen desde Velhillmen. Reconozco que me agrada ser conocido en Enthashara como escribano, pero nunca espere el reconocimiento que un día tocó a la puerta de mi aposento, en las vísperas del Ejjio Haldan (*)
   La tradición literaria de Ekrom privilegió la calidad humana, infantilmente madura, soñadora pero despierta de sus escritos, y en todas las generaciones busco escribanos que registren la historia de Ekrom en su más simple, pura y profunda esencia de verdad.
   La distinción máxima de un escribano en el país de Enthashara, fue escribir la vida de un Señor de Ekrom, suceso que ocurría una vez cada sesenta años. Cada tomo escrito guardaba en si la trayectoria de hombres, de sabios, de guerreros, de héroes, de dioses, que habían pasado en esta tierra, por este reino. Cada tomo formo parte del Intelogo de Vhren, el primer escribano de Ekrom, quien redacto el tomo de Calemor el Nahiar. Desde Vhren hasta el Ultimo Ejjio Haldan había cincuenta y nueve tomos escritos en el Intelogo, y se me encomendó escribir el tomo sesenta, el tomo de Avahor.
   En mi caso sucedió algo extraño, diferente, los tomos anteriores, se escribieron después que la muerte se había llevado al Señor de estas tierras, sin embargo, me toco escribir en vida de Avahor, cuestión que me tuvo intrigado durante todo el tiempo que me llevo redactar, y que solo pude dilucidar, cuando escribía los últimos párrafos de esa historia.
   La tranquilidad de entender esta diferencia  me llevo a reeditar concienzuda y afanosamente  cada trozo de la historia, en pos de que cada lector pudiese hilvanar los profundos secretos que este Señor guardó consigo, las intrigas que debió soportar, los fracasos sobre un reino que se corrompía, y la victoria de un hombre sobre su propia razón de vida.
   Desafortunadamente en la guerra contra Iveor, el Intelogo desapareció. En mis búsquedas por lo que quedó de Enthashara escuché que había sido quemado por el propio Iveor. Mi desazón me llevo a vagar errante por las tierras contando mi patética historia de escribano, un escribano que perdió su mayor logro, su oportunidad de trascender en la historia de Ekrom.


   A la llegada del Ejjio Bersal (*), mis pasos me habían llevado hasta la tierra de Calherm, cerca de Velhillmen, allí mientras colaboraba con algunos comerciantes en los registros de sus riquezas, un día se presento en mi mesa una hermosa mujer. Vestía ropajes finos, como si fuese alguna varona o mujer de alguno de los poderosos de Terra (**), y le acompañaban dos hombres que vestían como si fuesen a la guerra, armados con Mithrill y provistos de espadas de hoja ancha, sin duda eran extranjeros, el puerto de Thashara esta cerca de este lugar.
   Cuando levante mi mirada hasta su rostro ella dijo mi nombre.
- Boras Dien Telsilli- dijo con su exquisita voz,
- yo se cual es el motivo de la tristeza de tu mirada,  te he visto en cada una de las ciudades donde te dicen que encontraras el libro que  perdiste en la guerra de los dioses-
   Mi asombro fue dos veces grande, y la tercera vez mayor, conocía las tres cosas que habían trazado mi vida en este último tiempo, pero me asombro por sobre todo que conociese mi búsqueda, sin embargo fui insolentemente incrédulo en mi respuesta:
- ¿De que libro me hablas? –
Fueron mis insípidas palabras. Su calidad mirada no cambio en nada a pesar de mi fría reacción;
- Te hablo del Intelogo de Vhren, y del último tomo, el de Avahor. Puedo dar fe de que estuve allí cuando Iveor destruyo todos los tomos del Intelogo, y también puedo dar fe de cómo Avahor hizo copia de todo el Intelogo previniendo esto, y encomendó a mi Señor su cuidado-
    Una olvidada sensación de alegría apareció en mi interior, cuando asimile las palabras que esa enigmática mujer me estaba diciendo; entender que la posibilidad de llegar al final de mi búsqueda estaba allí frente de mí, después de haberla abandonado me conmovió en todos mis sentidos. Con mis manos temblorosas deje los pergaminos y la pluma en la mesa, me puse de pie y me dirigí hacia una ventana que daba al exterior tratando de sobreponerme en el trayecto a lo que estaba viviendo en ese instante.
- Boras, el Intelogo de Vhren es mucho mas que la historia de los reyes de Ekrom, en ese libro se encuentran las respuestas que tarde o temprano todo hombre deberá buscar para salvar su vida y la de sus queridos- continuo la mujer.
- Allí se cifraron en míticas historias, todos los secretos que el creador revelo a cada dios y estos a su vez revelaron a los hombres escogidos en Terra para gobernar Ekrom-
- En el Intelogo de Vhren se anuncio la venida de Iveor, su subida al poder, su derrota, su destierro y se anuncia también la caída de otro grande, y de cómo ese grande que es mas grande que Iveor, vendrá a Terra y la desolara, vendrá a Ekrom y la arrasara y destruirá, vendrá donde los que fueron sus seguidores y los exterminará-
   Mientras miraba los últimos rayos de sol escapar del horizonte y notaba como la oscuridad de la noche avanzaba sobre ese azul cielo, comprendí que hasta ese día, la voluntad de emprender esta búsqueda no era propia mía, la fuerza de mi tristeza no venia de mi corazón, quizás no solo yo estaba vagando en esas ciudades, ni en esos valles, sino que quizás Vhren y los demás vagaban conmigo en medio de la soledad de este destino.
- Desafortunadamente Boras- prosiguió esa dulce voz, - solo existen cincuenta y nueve de los sesenta y un tomos del Intelogo, el tomo de Avahor nunca llego a nuestras manos, el emisario nos dijo que Avahor no había autorizado la copia de ese libro hasta el día que el muera, y así pasar a ser parte de la tradición y el tomo sesenta y uno pronto deberá escribirse
- Sesenta y un tomos- exclame en mi interior
- El tomo de Avahor, ¿esta perdido?- pregunte a mis oyentes.

- No, no lo esta- me respondió esa voz
- Ese libro no existe-, escuche como un trueno en mi mente.
- Esa es la razón por la que hoy me encuentro aquí frente a ti, Boras Dien Telsilli-
- Quise conocerte antes, pero no me fue permitido- pronunció con resuelta decisión.
- Boras, tienes que escribir nuevamente ese libro, y debe quedar idéntico al que redactaste en el Ejjio Haldan- dijo por ultimo la mujer.
- Tu tiempo de búsqueda, y mi tiempo de espera hoy llegan a su fin-
- Mi nombre es Ancalia, de la ciudad de Crento, en Irntu Hel, y soy sacerdotisa del culto al Padre Sol, es él, quien me ha enviado por ti hasta este lugar de Enthashara-
   Mil pensamientos recorrieron en mi mente, mil preguntas en mi corazón, conocer tan grata respuesta y sobre lo mismo una terrible desdicha. Verme enfrentado a una decisión que posiblemente afectará el resto de mi vida me llevaron a buscar en mis armarios una botella con un resto de Mostefel (****), y beber un sorbo para calmar mi espíritu.
- Los hombres que te acompañan- respondí a la mujer que permanecía quieta en la mesa
- ¿Vienen por si me niego a acompañarte?-.
Con su inalterable mirada, me respondió en tono desafiante
- Tu no te negaras a venir conmigo, Boras... No es tu naturaleza negarte a lo que el  destino te ofrece- dijo, como si supiese todo de mí.
- Los guardias están para mi protección, el advenimiento del grande será en cualquier momento, y ya hay muchos de sus siervos preparando su camino en Terra...-


   Gran Maestro, desde aquí comencé mi ruta por este intrincado destino, los libros que están en su mano son la única copia fiel del Intelogo, el tomo sesenta y uno esta en poder de Ancalia, Será enviado antes del siguiente Ejjio Bersal. Espero comprensión en su lectura, he querido redactarlo con sentimientos fraternos y tratando de transmitir esta felicidad que hoy tengo. Las otras cartas han sido enviadas a quienes se me solicito.
   Desde Ekrom, sintiendo el olor de esta amada tierra, su servidor
                  
                                 Boras.
EL problema de la gente con mente cerrada es que no cierran la boca también.

Avahor

Carta sin destinatario, Encontrada en la tumba de Calemor.

   Veinte años pasaron desde la guerra de los dioses hasta mi encuentro con Ancalia de Crento, y dieciocho años han pasado desde mi viaje con el padre Sol.
   Estoy en  Irntu Hel, un país muy al sur del mar de Enthashara, desde que vine aquí no dejo de pensar en Ekrom, cada día que pasa mi corazón anhela mas y mas regresar a respirar el aire de aquella tierra, a recorrer sus mercados en busca de tinta de las Montañas Azules, y pergaminos de Velhillmen, de pasar tardes viendo el sol ocultarse en las cumbres lejanas de Dhor y de estar en el amanecer silencioso del Valle del Olvido, de embarcarme en los navíos que cruzan el mar de Enthashara desde las Islas de Siam hasta el puerto de Iriathim, de caminar por el bosque Thashara, hasta llegar a las cumbres de Cuamarth y perderme en los abismos de Orde Kripper. Pero cada día que pasa siento que mis anhelos, solo son sueños, que quizás no lograre convertir en realidad. Hace varios días que en mis sueños se esta colando otro sueño, un sueño malo, diferente, un sueño de otra Ekrom, una ciudad diferente de la que mis memorias traen consigo, un sueño donde mi deseo es huir de aquella ciudad, y con un hondo temor advierto que ese sueño se hace mas  cercano  a medida que avanzan los dias.
   La ansiedad producto de mis visiones me tiene ausente de los días que están pasando, no puedo comprender  qué es, esta terrible visión, pero en el fondo de mi alma,  siento que es el único de mis sueños que esta en camino de la realidad. Lo he comentado a Ancalia, y ella solo me responde que en mi corazón esta la respuesta. Por el tono de su voz y su misterioso hermetismo comprendo que ella deduce la respuesta y que es tan trágica que no tiene el valor de decírmelo. Solo me responde con esa sutil voz, -Escribe tu sueño Boras-, -escribe esas imágenes horribles y reléelas, entonces recién estarás dando pasos a ese instante donde llegara tu respuesta.-
   Mi edad es avanzada, he visto ya dos generaciones ser alumbradas por el esplendor del sol, y he caminado por las rutas que los valientes trazaron en sus últimos días. Se que me esperan, se que ese día se acerca a pasos agigantados, se que deseo partir cuando esté en mi tierra,  que mi cuerpo se hundirá en el mar de Enthashara, o se perderá en las cumbres de Dhor. Lo que suceda, lo que sea,  tan solo se que quiero descansar, dormir, olvidar eternamente los terribles sucesos que me han sido revelados. Escribo esta carta tan solo días después de haber terminado el último tomo del Intelogo.    Cuando arribamos desde Enthashara, al hogar de Ancalia, me dio a beber un licor agridulce, de un sabor raro, exótico, menciono que era para mi conservación. Hoy entiendo que desde aquella ocasión mis días ya no han dejado huella en mí.
   Ancalia de Crento es silenciosa, en su actitud, su hogar es bello, estoy mirando por una de sus ventanas, toda su casa es como ella, silenciosa,  pero iluminada, cerca del mar,  el sonido del viento y las olas interrumpe el ambiente quieto del lugar,  siento que mas que una quietud, es una espera, una ansiosa espera, de la cual me siento contagiado. Desde mi ventana, advierto como en las puestas de sol, cuando allí en el horizonte acaba el día,  Ancalia sale a recorrer la playa, a veces suele detenerse largas horas mirando ese sol que muere, a veces siento que ella muere un poco mas cada día, a veces creo ver lagrimas en su rostro, pero se van apenas me divisa con sus hondos ojos color de miel.
   En una cena, algunos días atrás, escuche de ella algo que me dejo fuera de mis razonamientos. Justo después del plato principal, llamó a uno de sus criados y le pidió que trajera un cofre. Mientras este asintió con su cabeza, Ancalia sirvió un poco de licor en su copa y me dijo: -cuéntame más acerca de ese sueño que te estremece, Boras Dien Telsilli-
   Al tiempo que extendía mi copa para ser llenada, comencé a recordar las imágenes de mi desvelo:
   Estaba en las cumbres de Ekrom, en la cima de uno de los montes desde donde puedo ver la ciudad, toda bella, esplendorosa,  veo entonces que una de las torres del castillo principal,  se alza hasta el mismo cielo, majestuosa e imponente, ni siquiera el sol opaca lo deslumbrante de su envergadura, el blanco de sus muros, y el dorado de sus galas quedan grabados como con fuego en mis retinas, lo robusto de sus cimientos y la solidez de sus contrafuertes me incitan a recorrerla por completo, desde el suelo hasta el cielo. Pero es entonces cuando mi corazón se estremece,  en el extremo de la torre, allá donde parece tocar el cielo, diviso algo oscuro que desciende como un caballo desbocado galopando sobre ella,  en dirección a la tierra, entonces me encuentro al pie de la torre. Un sonido sordo, como si la tierra tratase de hablar me recorre por completo, como si ella estuviese viendo conmigo hacia el cielo, como si ella tratase de gritar, como si los cimientos la estuviesen quemando, entonces me descubro a mi mismo tratando de gritar, todo alrededor aparece arruinado, la gente del reino se aleja de la ciudad como horrorizados, entonces miro a la torre nuevamente y el desespero en mi corazón me atrapa, puedo vislumbrar que nada oscuro  venia sobre la torre, es ella misma la que se tiñe de una feroz mancha negra desde su cima hasta sus cimientos,  entonces quiero huir, pero soy tragado por un abismo que la tierra abre en mi camino, solo en ese entonces logro despertar, con mi espíritu horrorizado.
   Esas noches en silencio, en mi desvelo sufría por mi tierra, mi corazón siente el peso de esta llamada y tengo gran dificultad en comprender que me pasa. –Será algo que va a suceder- trate de responderme – ¿Acaso este sueño esta relacionado con la venida del grande?-.  Desde hace algunas noches he logrado dormir luego de vivir esa visión, y puedo ver algo mas después de ese abismo. Me descubro en las afueras de un bosque, un bosque sombrío bajo esa luz de la noche, advierto que la luz de la luna aun ilumina algunos contornos de las colinas y valles alrededor, pero el bosque se impone sombrío. Entonces comienzo a adentrarme  en esa oscuridad. A medida que avanzo, la luz me sigue, invadiendo esas sombras, a medida que me acerco comienzo a escuchar en mi corazón un susurro, es como una brisa cargada de un tenue sollozo,  a medida que me pierdo entre esos árboles, logro distinguir una silueta blanca allá lejos en la oscuridad. Mi corazón se sobresalta, acaso estoy viendo un espíritu errante, un alma condenada, trato de regresar por mis pasos pero algo me tiene sujeto en ese lugar, entonces con desesperante afán, comprendo que el horror comienza a apoderarse de mi ser, esa silueta pareciera haber notado mi presencia,  ese susurro lentamente se transforma en un lamento, que va resonando en continuo aumento en mi interior, al tiempo que su rumbo cambia en dirección a mis ojos. Los cierro, los cierro fuerte, como si supiese que me ocultare en la penumbra de la noche, pero aun sigo viéndole, como decididamente viene sobre mi, al punto en que su lamento comienza a apabullarme, ya no es lamento, ya no es sollozo, son gritos, son agudos alaridos, entonces veo horrorizado su figura frente a frente.
   Es una niña, que me mira compungida, su tormento ha tornado su rostro espantoso, como si hubiese muerto recién, y de una manera trágica. Advierto que todo parece haberse detenido, contemplo su rostro iluminado por rayos de luna, ya no veo espanto en su cara, se ha tornado en un rostro melancólico que observa mis manos fijamente, los rayos reflejados en su rostro me dejan comprender que posee una belleza angelical, entonces los reflejos me muestran lágrimas cayendo sobre sus mejillas y las veo caer al suelo, y veo nacer del suelo una flor, por cada lágrima que cae. Siento mi corazón calmo, quieto, como si la tranquilidad de su mirada me hubiese envuelto en muros de paz. –Quien  eres- le pregunto en mi sueño. Ella solo observa mis manos, mientras  se va desvaneciendo en la penumbra de la noche, -Quien eres- vuelvo a preguntar, y solo el silencio de la noche recibo como respuesta.

   Ancalia, que permanecía en silencio escuchando mi relato, bebió el ultimo sobro de su copa, y la dejo sobre la mesa, el criado apareció entonces en el salón, con un bello cofre adornado con piedras preciosas y una cerradura de oro que sella lo que hay en su interior. –Tráelo aquí- dijo Ancalia, al momento en que se erguía. –Boras, ¿quieres conocer el significado de ese sueño?- yo no comprendí en ese instante que es lo que haría Ancalia, pero la ansiedad de mi corazón determinó una respuesta inmediata. –Es lo que más anhelo en este momento- dije, -ya no deseo seguir ardiendo con estas imágenes que me atormentan, no logro vislumbrar esa respuesta que tú me entregas-.
-Eso es porque no has escrito tu sueño- me respondió serenamente –Y no lo has escrito, porque te ha sido impedido hacerlo, aún no es tiempo  de que Terra conozca el significado de tus revelaciones. Pero te diré lo que has visto- Ancalia cogió de entre sus ropas una llave y abrió el cofre, con una seña despidió a todos los criados y me llamo:   -Boras, ven y contempla tu destino-. Sorprendido por sus palabras me acerque a su costado y mire lo que había al interior.
   No pude asimilar lo que  vi, era imposible que estuviese allí, no debía existir, no debía ser visto, se había perdido. Un emblema de cristal, no cualquier emblema, el símbolo del linaje real de Ekrom, la llama de Ekrom (****),  una flama de cristal, carmesí,  hermosa, en su interior había fuego, fuego real, no pude distinguir cual era la fuente que alimentaba ese fuego, pero si note que en el centro, después de sus tonos azules y violetas, su núcleo era oscuro, advertí que ese oscuro no se relacionaba con los otros colores. Recordé esa torre teñirse, recordé el ultimo tomo del Intelogo, recordé mis viajes en Ekrom, recordé a Avahor cuando escribía, recordé a Calemor, recordé la guerra...
EL problema de la gente con mente cerrada es que no cierran la boca también.

Avahor

Manuscritos encontrados en Velhillmen, en el Altar de Magia

El día en que mis pies pisaron la tierra de Irntu Hel,  sentí la separación de mis raíces, como si el olvido me hubiese exiliado a estas lejanas tierras al sur de Enthashara, como si no hubiese nada para mí en Ekrom.
   Después de la gran batalla, el mundo quiso volver a ser como era desde el principio, pero los grandes reyes de Terra no advirtieron que Iveor y su maldad, hicieron mas daño del que se puede reparar. En su paso por Terra, Iveor aprovecho todo el tiempo que tenia para destruir, hurtar, matar, busco los cimientos de las civilizaciones  y los quitó, robo las costumbres, robo el entendimiento, las culturas, los conceptos sagrados de Honra y Honor.
   Dicen que los dioses quisieron restaurar el daño hecho por Iveor, pero los hombres no volvieron a confiar en los dioses, Iveor se había encargado de destruir la Fe que había en Terra. Con el cambio de generación,  la brecha entre el hombre y los dioses cercanos, es prácticamente insondable, no hay vínculo, no hay culto, no hay  tributo ni ofrenda. Con cada nuevo día se pierde más en nuestra memoria el lugar de esos dioses, dioses que un día fueron hombres, hombres que lucharon a muerte por este mundo. ¿En donde están ellos?, a nadie le importa. Como no importo en Ekrom la pérdida del Intélogo, como no importo en Enthashara que no se siga escribiendo su historia.
   El día que arribe a Irntu Hel conocí que aunque los hombres no recuerdan a sus dioses, ellos no los han olvidado, Ancalia con sus palabras me hizo ver que ellos siempre han sido fieles al hombre, pero que en sus corazones sienten cada día esta indiferencia. Me explico que teme que la indiferencia desate la ira, porque vendrá contienda, porque el grande nacerá de esa contienda.
   Comprendí que aun existe en Terra gente que permanece fiel a los dioses, que están dispersos por todo el mundo, cada uno resguardando los últimos vestigios  de ese vinculo entre los dioses y el hombre, Crento era el lugar del Padre Sol, el padre Cielo, y Ancalia es su sirviente pleno, supe que en Velhillmen estaba el Culto a Magia, pero que el advenimiento del grande,  los estaba seduciendo a dejar sus destinos en pos de él. Esa es la labor de sus seguidores, quitar el último altar de culto a los dioses, y borrarlos definitivamente de la memoria de Terra.
   Cuando llegamos a Crento, al hogar de Ancalia,  en la afueras de la ciudad, en el pórtico de entrada me dijo –Prepara tu alma Boras Dien Telsilli, para tu encuentro con el padre Cielo- sus ojos se mostraron alegres, deseosa, como si ese momento con el dios Sol,  fuese decisivo para los días venideros. –Un sirviente te guiará hasta tu habitación, al ponerse el sol cenaremos, y después iras a descansar, mañana en el amanecer saldremos al encuentro del padre Cielo-
   Sus palabras sonaban con satisfacción, como si renaciese una esperanza perdida, Ancalia se separó de mí, y se perdió tras unas enormes columnas que invitan a ingresar a ese mágico lugar.
   El hogar de Ancalia esta situado en la costa Oeste de Irntu Hel, una inmensa isla, de la cual Crento es la ciudad capital, el clima es caluroso, soleado, los campos de Irntu Hel siempre están teñidos de eternos verdes y amarillos, sin duda era el lugar del padre Cielo, el verano y la primavera parecen quedarse detenidos en este país.
   A primera vista, la casa de Ancalia es un castillo, pero una segunda mirada da a entender que es un templo, un inmenso templo, su ubicación permite ver el amanecer y el atardecer desde todas sus ventanas. Posee siete torres esbeltas, seis de ellas se distribuyen uniformemente por el hexágono de su planta, y una de mayor de mayor tamaño en su parte central se torna en punto de referencia para todos aquellos viajeros que avistan las costas de Irntu Hel, La torre del Sol le dicen. Todas las torres culminan en plataformas, como si fuesen altares,  y la torre principal culmina en una corona de siete caras. El acceso al templo,  es por el norte, el camino algunos metros antes se convierte en láminas de marfil, y en la entrada dos inmensos grifones de plata saludan ferozmente a todo visitante,  una sucesión de columnas en ambos costados se pierden hacia el interior del templo,  una vez allí dentro un inmenso salón recibe a los recién llegados bajo una limpia cúpula de cristal, dos escaleras de marfil nacen hacia los costados, hacia las dependencias del lugar. Mientras una alfombra de terciopelo dorado se dirige hacia el fondo, allá se divisa una gran mesa, iluminada desde todos los extremos, y tras ella una gran ventana que muestra al sur,  una vez allí dentro, advierto que son cuatro enormes ventanas que miran a cada punto cardinal y la mesa en el centro. Entonces me vuelvo hacia el salón central y noto la presencia del sirviente, que me espera. Tomamos una de las escaleras en dirección hacia la torre del norte, y después una galería de magnificas armaduras,  al final me encuentro en lo que parece ser mi aposento,  el sirviente se despide con una reverencia tras de mi,  mientras me dirijo hacia la ventana. la vista es sencillamente bella, esplendorosa, como si de pronto hubiese sido lanzado sobre la vastedad de ese tranquilo mar carmesí,  iluminado por los fogosos rayos del sol. Su quietud me embarga, a un costado esta un lecho con finas decoraciones sobre el cual me tiendo, la comodidad me envuelve al punto que me quedo placidamente dormido.

   Cuando abrí mis ojos, y note que habían pasado varias horas de sueño, ya el sol se había puesto,  y la luz provenía de las antorchas dispuestas en las alturas de los muros.
   Ancalia permanecía sentada al borde de la cama, mirando hacia la ventana, debo admitir que siento que de todas las cosas bellas que he visto, sin duda en ese instante mis ojos contemplaron belleza divina, había cambiado su atuendo de viaje por uno de anfitrión, sus hombros descubiertos mostraban la fineza de su piel morena, sobre la cual revoloteaban rizos de cabello carmesí, su vestido nacía desde su cuello hasta cubrir sus pies, era de Satín, blanco  que parecía irradiar la luz de aquel lugar, me sentía como encantado, fascinado,  su presencia me sabia a una suavidad apacible,  pero firme y fuerte,  no conocía a ninguna mujer así:
-Ya has despertado- me dijo con su voz serena.
-Los viajes siempre inducen al sueño- respondí al tiempo que me incorporaba
-Que ironía- me replico, -Tendremos que luchar para que este mundo no inicie un viaje por ese mar del sueño eterno-
-Pero, a veces pienso que este mundo merece dormir, y nunca mas despertar-
Ancalia se giró ante mi, y me preguntó molesta: -¿Que sabiduría es esa que te permite decidir lo que merece o no merece este mundo?, ¿Has visto cada corazón de cada alma que deambula sobre esta tierra?, dame una conclusión que decrete esa sentencia que tienta a tu espíritu...
   El silencio me aprisiono, no supe responder y me sentí necio delante de su razonamiento: -No Boras, el odio  nunca es vencido con odio, sino con amor-






Ref:

*: Ejjio Haldan- Ejjio Bersal: En Terra cada siete años corresponde a un Ejjio, a lo largo de cada Ejjio el planeta oscila en una inclinación de 40 grados, respectado su eje central, dice la tradición que este fenómeno comenzó con el advenimiento de los Nahiar y el primer Geddon, cuando Terra debió ser reconstruida por completo, marcando la instauración de los dioses cercanos: Cada año corresponde a un dios favorecer el planeta. Haldan marca el principio del primer Ejjio, entonces es el padre sol el primero, luego es Luna, Naturaleza, Ciencia, Magia, Satan y Lucifer, Bersal indica la mitad del ciclo, la inclinación debe retornar a la normalidad, el orden es inverso. Dicen que cada ves que Sucede un Ejjio Bersal hay riesgo de que se abran flujos dimensionales y el Planeta cambie de dimensión. El Ultimo Geddon, sucedió en la guerra de los dioses, y fue durante un Ejjio Bersal.  Más referencias en biblioteca de arquimagia en Ekrom.

**: Terra: o In Tera, el mundo tal y como lo conocemos, con las variaciones del ultimo Geddon, que dejo como resultado una nueva luna, Arhme.

***:Mostefel: Licor a bases de frutas de tefeles, arbustos de Ekrom, y uvas fermentadas, como sidra dulce.

****: La flama de Ekrom: símbolo de los estandartes y banderas de guerra de los ejércitos de Enthashara, corresponde a emblema del rey,  emblema presente en la empuñadura de Excalibur, Espada de Tera, en el ultimo Geddon. Es una llama de tres flamas. Que se elevan, pretende decir que mientras arda esa flama, el espíritu de Enthashara seguirá presente en la tierra, indicando la labor de ciudad guardián que posee Ekrom.

Geddon: especie de armagedon, o batalla sobrenatural, donde participan todas las fuerzas presentes en Terra.
EL problema de la gente con mente cerrada es que no cierran la boca también.

Zeridian

Esto es... demasiado. No escribire mucho xq no quiero malograrlo. Muy buena la historia y la forma de contarla, algo confusa pero es por culpa del foro. Pero bueno, continuala que esta buena. Apenas escribas algo borrare esto.

Lealtad Hasta la muerte
Por la Gloria!
Por la Victoria!
Por Poder Hispano!

ElTioPaco

mas que precioso.... me hace recordar tiempos pasados :( si quieres ahora que soy moderador puebo borrar los comentarios de la gente cuando desees avahor  B)

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Compadre compreme un coco, compadre coco no compro, porque el que poco coco come, poco coco compra, yo como como poco coco, poco coco compro, Compadre! Compreme un coco!