-Despierta!
Sientes un frÃo en tu espalda al momento en que escuchas una voz dentro de tú cabeza. El descanzo del sueño eterno ha terminado, y es hora de comenzar nuevamente a luchar. Agarras tu espada y recoges una túnica rasgada y mohosa que en algunas eras pasadas estuvo adornada de oro y plata. Sales del agujero sucio y pestilente, dejando que la lluvia limpie tu rostro pálido y casi muerto. Has vuelto a nacer, y contigo tu imperio.
Miras a tu alrededor y ves unas tierras virgenes que esperan por ti. Caminas hacia ellas y ves a una aldea de estúpidos humanos, pobres y hambrientos, gastando toda su fuerza en construir lo que será tu castillo. Han esperado siglos tu llegada, tu nueva venida.
Saludas a la gente con aires de superioridad, ellos te han reconocido y a tus pies se arrojan, temerosos, felices, conmocionados y espectantes. Esperan que los lleves a una era de luz. Recuerdas sus rostros, los has visto antes, mucho antes, hace cientos o miles de años. Es la misma gente que te acompañó la última vez que tus pulmones aún respiraban. Recuerdas el fin de todo, el hechizo prohibido, la ira de los dioses, la guerra de los magos y la muerte de los hombres...
-Armaggedon...
Apoyas la espada en el suelo, la entierras para no caer. El recuerdo de tu muerte atraviesa tu corazón. Recuerdas escudos, himnos, banquetes, guerras, dolores, duelos y rencores. Recuerdas siglas que ahora parecen sin sentido...
WLS...
SPQR...
TCA...
EoE...
Sobre todas ellas se alza una, brillando con el resplandor de mil fénix en tu interior, llenandote de fuerza, de luz, de gloria.
PH...
Tu rostro ha cambiado, y ya no necesitas apoyarte en la espada. La majestad de las dos letras te ha alcanzado, recordándote quién realmente eres.
Sientes el llamado en tu corazón, tus hermanos de batalla te esperan, los necesitas, y ellos te necesitan a ti. Los buscas a tu alrededor y los sientes cerca, han vuelto a nacer, igual que tú. Empiezas a pensar que es solo cuestión de momentos para---
Un rayo atravieza el cielo, los caballos relinchan, la gente se espanta, miras atrás tuyo y ves una sombra cuya capucha hace volar el repentino viento.
-Ya estás listo -Te dice la sombra mientras otro rayo zurca el cielo a sus espaldas, cegandote momentaneamente, recordandote de quien es aquella voz.
-¿Avahor?